En destino quise hablar un poco de las dos cosas:
- cómo nos encasillamos
- cómo somos dueños de nuestro destino
Pensaba desarrollar los dos puntos porque, tal vez, la idea no se ve demasiado en el relato. Veréis, si os paráis a pensar un poco llegaréis a la conclusión de que tenéis un papel en vuestra familia, vuestro círculo de amigos y que, por varios motivos, lo aceptáis casi sin ser conscientes.
Tenemos etiquetas como «el responsable», «el que no tiene remedio», «el inteligente», «el pesimista», «el líder»,… Y podemos optar por seguir con la etiqueta si no nos molesta o romper con ella y sentirte libre. Paso a poner ejemplos: