Thanks, guys

aplauso

Desde que abrí este blog tenía previsto escribir una entrada de agradecimiento personal para los divulgadores científicos. Pensé en redactarla para que el día de San Alberto Magno, nuestro patrón cómo muchos sabréis (mi blog no es de divulgación pero soy química y la ciencia me apasiona en todas sus facetas), pero lo dejé pasar. Entonces, ayer, me topé con una entrada de Jesús Garoz en la que presentaba una encuesta sobre la importancia o no importancia de la divulgación (venga, pinchad). Y, Jesús, me has dado el pie perfecto.

Como os digo, me apasiona la ciencia. Desde que mi profesor de Ciencias Naturales, en el colegio, me dejó sujetar los frascos de reactivos para la electrolisis que realizaríamos después, supe que quería ser química sí o sí. Don Andrés, que así se llama, no sólo nos deleitaba con experimentos químicos, nos introdujo en la botánica y geología, compró microscopios solares y eléctricos para que aprendiéramos a usar tinturas y conocer el mundo en micras… y nos ponía exámenes sorpresa de 10 preguntas cada semana para que estuviéramos siempre con el temario fresco. Muchos de sus alumnos hemos optado por la Ciencia, el papel del profesorado es esencial.

En el instituto, también tuve la suerte de encontrarme con unos profesores de ciencias apasionados por la materia. Bueno, ¡hasta la de Literatura era una forofa!. Y nos intentaron transmitir su entusiasmo. Para empezar, todas las clases de ciencias eran en el laboratorio, repartidos por mesas, sentados en los taburetes y con todos los reactivos y material a la vista. Las explicaciones eran dinámicas, nos traían recortes de prensa, comentábamos estudios recientes y, como no, los experimentos estaban a la orden del día (siempre respetando el corto presupuesto).

Después de todo ésto, llegué a la Facultad y me encontré de todo. Desde profesores entusiastas que comentaban su trabajo en el laboratorio, se ponían casi a dar saltos porque te salió un RMN’H perfecto, te echaban una regañina si no te molestabas en rebuscar por publicaciones, internet, etc. Hasta profesores que te exigían pero no aportaban más material que sus clases magistrales. Bueno, creo que no es problema de los profesores, sino de la actitud de los grupos. Si te enfrentas a una clase apática, en la que la gente se escaquea cuando hay resolución de problemas, sacas al encerado o preguntas… llega un momento en el que das tu clase y punto. (Algo realmente motivador eran los ositos de gominola en Química Orgánica cuando acertábamos)

Sin embargo, aunque en la Facultad aprendí muchísimo y me encontré con grandísimos docentes e investigadores, sufrí una pérdida de motivación o, mejor dicho, ilusión que casi me hace tirar la toalla. Y, en este punto,  he de decir que la red y, sobre todo, Twitter, me ha abierto una puerta a un mundo maravilloso. Muy poco dada a las redes sociales, un día me lancé y buscando respuestas para un tema que siempre se me había resistido, di con Cuentos Cuánticos. A partir de entonces, fui dando con todos vosotros: leer vuestros blogs, «oír» vuestras opiniones, intercambiar comentarios, chascarrillos,…  Ha ido todo rodado, he recuperado la motivación y, además, aprendo «sin darme cuenta»

Con el paso de tiempo, he conseguido una lista inmensa de blogs, espacios en publicaciones, programas radiofónicos que recomendar, comentar durante un café, enlazar a Facebook, mandar por e-mail. etc. Creo que mis conocidos están algo preocupados porque estoy al tanto de todo y al día puedo compartir varios enlaces (espero que los leáis… mirad que os vigilo). Pero, sobre todo, los tengo para mí. ¡Me encantan mis científicos del TL!

La divulgación científica, además, no sólo es para «nosotros» sino que cada día lo estáis haciendo de una forma que todo el mundo puede entenderlo. Me quito el sombrero ante vosotros por ser capaces de transmitir de una forma tan cercana, tan llana e, incluso, divertida algo que puede ser complicadísimo. Nos ayudáis a entenderlo y a saber cómo explicarlo también:

Recuerdo a un compañero de la facultad que me decía que él nunca hablaba de lo que hacíamos en el laboratorio. Me llamó poderosamente la atención porque yo soy de contarlo todo, aunque mi padre no pueda imaginarse una enamina.  No entendía que su familia no supiera qué hacía o a lo que se quería dedicar y ahí es donde vosotros entráis por la puerta grande.

Así que muchísimas gracias por vuestro esfuerzo, vuestro tiempo y vuestra ilusión. Seáis docentes o no, tengáis el grado que tengáis, estéis buscando aún vuestro camino o ya sigáis una aparente hoja de ruta (esta vida da tantas vueltas que nunca se sabe) estáis haciendo una labor muy importante. Espero que algún día, la divulgación científica sea tan reconocida como debería y lleguéis a tanta gente cómo sea posible, porque no saben qué se están perdiendo. Por el momento, sed conscientes de tener un público fiel que valora vuestro trabajo y disfruta de lo que aportáis.

Un abrazo para todos.

2 comentarios en “Thanks, guys

  1. ¡Hola Laura!

    Enhorabuena por el maravilloso blog que tienes, reuniendo curiosos relatos e historias profundas. Tu musa estará muy contenta, y sobre todo, muy agradecida, como todos nosotros.

    A mí también me sucedió como a ti. Los profesores juegan un papel muy importante en nuestras vidas, forman parte de una etapa nuestra muy importante y en la que siempre, todo lo que nos suceda, bueno o malo, se nos queda grabado para siempre. El papel del profesorado es esencial y si nos consiguen entusiasmar, lo tienen todo hecho. Pero claro, es una labor difícil, pero muy muy reconocida cuando sucede.

    Me alegra saber lo rápido que decidiste que querías ser química, ¡yo no lo tenía tan claro! Aunque luego he descubierto mi vocación.

    Yo tampoco era muy dado a las redes sociales, sin embargo, ahora no puedo pasar un día sin visitar vuestros contenidos, opiniones, blogs… Me parecen realmente increíbles.

    Así que… ¡ánimo y a seguir! Gracias por mi parte también a todos los divulgadores. Vuestra labor es esencial para la sociedad en la que vivimos.

    Muchas gracias por tus post y por tu mención en esta entrada (que me ha permitido conocer el blog, ya siento la tardanza…)

    Nos leemos por las redes, un abrazo y feliz puente 😉
    Jesús

  2. Pingback: La Química y el Dolor | Cuentos Cuánticos

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